ORACIÓN DE LA FE

Señor verdadero y abundoso en todo bien! La Fe es aquella virtud que Vos dais a vuestros Amadores; para que con verdad os amen honren y bendigan; por lo que os suplico sea vuestro agrado por piedad, que me conservéis en la Santa Fe Cristiana, que por vuestra sola liberalidad me concedisteis, antes que yo os la pidiese


La Fe, Señor, es aquella obra, que Vos hacéis en el entendimiento del hombre, cuando hacéis, que crea cosas altas y sublimes de Vos, como son los artículos, y los Sacramentos, que son las Columnas de la Santa Iglesia Católica; y que son cosas tan sublimes y difíciles de entender , que mi entendimiento con sus fuerzas naturales, no puede ascender tan alto; mas, creerlas, cautivándose a sí mismo; y entonces la voluntad las abraza, y se enamora de Vos, mediante la Fe, que manda al entendimiento, que las crea; y entonces la voluntad, por amor vuestro, las ama.

¡Señor! En todo aquello, que creo de Vos, y por Vos, en todo os adoro, bendigo y hago reverencia y honor con todos mis poderes, supuesto que me lo habéis dado para serviros. Y Vos, Señor, si jamás el demonio, mi fragilidad, o mis pecados me tentaren sugiriéndome que la Fe no es verdadera, hacedme luego acordar la sublime grandeza de la Fe, a que no puedo llegar por mí mismo; y hacedme conocer que la Fe es muy superior al entendimiento, quien por sí mismo, no la puede entender; y entonces con este recuerdo, y con recurrir a Vos, tendré fuerza y valor para vencer la tentación, y os daré mil gracias y bendiciones

La verdadera Fe es el camino del paraíso por donde el hombre va y se encamina a Vos , que la disteis a los Apóstoles, a quienes, con la venidas del Espíritu Santo, disteis todas las lenguas, para que por todo el mundo las fuesen predicando, y para que todos los hombres por la Fe viniesen a Vos, se empleasen en amar, honrar y serviros; por los que os ruego seáis servido de dar a la Santa Fe muchos y buenos servidores, que la enseñen predicando por toda la redondez de la tierra; y para exaltarla, multiplicarla y servirla no teman la muerte, ni padecer cuales quiera penas y trabajos.

Pues la Fe está en muchos, enferma y desfallece por falta de Obreros que la sirvan; aunque en sí es tan noble y encumbrada, que merece tener muchos santos varones sabios y devotos, que le mantengan y defiendan su honor contra aquellos que pretenden destruirme.


Señor, no se halla en todo el mundo tan hermosa y blanca flor, como es la Fe que sea tan necesaria para serviros, y para conducir los hombres a la Gloria, y apartarlos de las penas del infierno, como es la Fe verdadera: por cuya razón, suspirando y llorando os ruego, Señor, por piedad, que a mí, aunque indigno de servir y honrar á la Santa Fe Cristiana, me empleéis y nombréis para servirla, o en lo mucho, como será de vuestro gusto.

 Año 1755   Beato Raymundo Lulio