Oración universal. (Después de cada frase, puede decirse: Te rogamos, ¡óyenos!)
Señor Jesús rico en misericordia, asiste desde el Cielo a todos los enfermos del mundo.
—Sostén a quienes han perdido toda esperanza de curación.
— Consuela a quienes gritan o lloran por sus tremendos dolores.
—Protege a quienes no pueden ser atendidos o medicarse por falta de recursos materiales o ignorancia.
—Alienta a quienes no pueden reposar porque deben trabajar.
— Ayuda a quienes buscan en la cama una posición menos dolorosa.
—Acompaña a quienes ven que la enfermedad frustra sus proyectos.
—Alumbra a quienes pasan una "noche oscura" y desesperan.
—Toca los miembros y músculos que han perdido movilidad.
—Ilumina a quienes ven tambalear su fe y se sienten atacados por dudas que los atormentan.
—Apacigua a quienes se impacientan viendo que no mejoran.
—Calma a quienes se estremecen por el dolor.
—Concede paciencia, humildad y constancia a quienes se rehabilitan.
—Devuelve la paz y la alegría a quienes se llenaron de angustia.
—Disminuye los padecimientos de los más débiles y ancianos.
—Vela junto al lecho de los que perdieron el conocimiento.
—Guía a los moribundos al gozo eterno.
—Conduce a los que más lo necesitan al encuentro con nuestro Padre Dios.
—Bendice abundantemente a quienes los asisten en su dolor, los consuelan en su angustia y los protegen con caridad.
Amén