Amante padre celestial, tomo por fe la protección del escudo de la fe. Cuento con tu santa presencia, para que me rodee como una envoltura total, ofreciendo una protección total de todos los dardos de fuego del maligno. Concédeme la gracia de aceptar tu propósito afinador al permitir que alguno de los dardos de Satanás me alcance e incluso que te alabe por ello.
Ayúdame a concentrarme en tu presencia y no en los dardos del enemigo.
En el nombre del Señor Jesucristo, reivindico la protección de los Santos Ángeles para que me guarden y escuden de los asaltos del reino de Satanás. Que estos Santos Ángeles administradores estén presentes para interponerse contra la estrategia de Satanás para dañarme a mí a mi familia.
Me apropio de la victoria de la sangre del Señor Jesucristo y la sostengo contra los avances del maligno. Con gratitud y alabanza, en el nombre del Señor Jesucristo, me regocijo en tu victoria.
Amén
