Jesucristo Señor dulce y piadoso, que sois la Esperanza de los justos, y de los pecadores, os adoro, alabo y bendigo; y os suplico me deis Esperanza que es aquella virtud con que los hombres esperan de Vos dones, auxilios y perdones, cuando se hallan en tribulaciones, y así os ruego por piedad y por favor, que me deis Esperanza, que vaya confortando mi corazón en gran manera atribulado, por mis muchos pecados, y por las necesidades en que me hallo.
¡Señor liberal y lleno de misericordia! Dad esperanza a todos los que os la piden; porque la Esperanza hace, que más confíe el hombre en vuestra bondad, que en la propia, siendo así, que de vuestra Bondad se originan y dimanan todas demás; y Vos concedéis los dones y perdones, más por vuestra Bondad, que por los ruegos del que os pide, por más bueno que sea; y esto por razón de vuestra Bondad
Yo, Señor, en Vos tengo Esperanza y tan grande que de vuestra Bondad, y largueza, de vuestros dones y perdones estoy enamorado; y esta para mí es como un ramillete de Lirios, Rosas y Violetas que me da dulce amor y olor, cuando me hallo triste entre suspiros y llantos, considerando mis muchos y grandes pecados, por quienes me está el demonio tentando que desespere de Voz.
El tener uno su esperanza en las riquezas, amigos, sabiduría y poderío, no puede, Señor, valer mucho; porque todas estas cosas son pequeñas y duran poco; y cuando más precisamente se necesitan huyen, pasan , fallecen: el esperar pero en vuestro eterno infinito poder, y en vuestro Amor , Sabiduría y Virtud, que son el cumplimiento de la Esperanza, es Corona de Rosas y Violetas, de Rubíes, Carbúnculos, Esmeraldas y Zafiros: luego es pecador aquel, que en Vos no tiene Esperanza constante, amorosa y ardiente de resistir al pecado y a la desesperación, y el que desconfía obtener de Vos cuanto desea y espera.
¡Señor piadoso y abundoso de todo bien! Si me acordara yo de mis graves pecados, sin tener contrición y dolor de haberlos cometido, y sin esperar Vos misericordia, gracia y perdón, entonces tendría motivo de no tener esperanza: Mas cuanto me lamento, suspiro y lloro con grito y arrepentido de mis culpas cometidas contra Vos; con sentenciarme a mí mismo a alabar, bendecir y honrar vuestro rectísimo juicio, esperando con amor en vuestra misericordia; sea de vuestro beneplácito, Señor, el perdonarme, y hacer que yo día y noche esté siempre esperando en vuestra Piedad y Misericordia
Año 1755
Beato Raymundo Lulio
